Capítulo 4
Capítulo 4
“Gracias, Nayri, no me imaginaba que fueras tan valiente, gracias, Yuria se acercó a mi con una sonrisa falsa, agarrando mis manos con una mirada que escondia una amenaza. Me solté de su agarre, con el Property © NôvelDrama.Org.
stómago rugiendo de hambre, y me alejé de ellos. En ese momento, ya debería haberme dado por vencida, pero no fue así
En el Hospital-
“Estás embarazada, ya tienes dos meses, no te diste cuenta? Vamos a observar un tiempo a ver qué pasa, me quedé paralizada en la silla, con el resultado del examen en la mano, temblando por todo el
cuerpo
Embarazada, de todos los momentos, tenia que ser en ese momento. Renán no me amaba, asi que obviamente no querría nada que ver con el hijo que lleys dentro, aunque estuviera embarazada, é no cambiaria su opinión sobre mi solo pensarla que estoy usando trucos para obligario a casarse
Cinco días antes del desastre
Reuniende valor, decidi contarle a Renán sobre mi embarazo, si no queria al niño, yo abortaria y luego me iria, no lo molestaria más, lo llamé incontables veces y él nunca contestó. La última vez que lo llamé, alguien al otro lado respondió
Era Yania
Mayro estás buscando a Renán? Está cansado ahora mismo, necesita descansar
¿Por qué diablos le dices tanto a esa tipa? Simplemente dile que no me moleste, del otro lado del teléfono, se escuchó la voz impaciente de Renán, seguida de las risas de Yuna “Renán, no te pases, tengo mi periodo, hoy no puedes tocarme
Con el móvil en la mano, me quedé sentada en el sofá, completamente entures da Esa noche, Renan regresó, pero no solo, sino acompañado de ella
Por qué la trajiste?, le preguntó Teresa con el ceño fruncido, visiblemente molesta
“Mamá, Yuna y yo vamos a comprometemos, vine a decirselo, la voz de él sonaba decidida
Teresa se quedó en shock, mitándome instintivamente Y mis ojos se llenaron de lágrimas, pero no dje
speu
No estoy de acuerdo, tú y Nayri tienen un compromiso previo Teresa intentó decir algo más
“Yuna está siendo perseguida por ese asesino, ese tipo solo ataca a mujeres solteras y sin compromiso, voy a hacer público nuestro compromiso, dja él, mostrando su preferencia por ella sin tapujs
En ese momento, senti revuelo en el estómago y me levanté de golpe, comendo al baño, vomitando hasta quedar sin fuerzas
¿Qué pensaba él de mi? Todavía recuerdo cuando terila dieciocho años, mis padres tuvieron un accidente y yo quedé atrapada en el coche destrozado, que estaba incendiandose y a punto de explotar Fue él quien como como loco a rescatarme, compiendo los cristales del coche con sus propias manos, sangrando, pero desesperado por cortar el cinturón de segundad que me tenia atrapada y sacarme de alli, llevándome a un lugar seguro Luego regresó a rescatar a mis padres sun importare su
vida
Renán, es peligroso…, murmure con voz débil, solo pudiendo ver desde lejos cómo amesgaba todo para salvamos
Capitulo 4
En el momento en que mis padres fueron rescatados, el coche explotó; las llamas y la onda expansiva. me dejaron temblando. Aunque al final mis padres no sobrevivieron, la imagen de Renán luchando por salvarnos se grabó en lo profundo de mi corazón; él siempre ha sido una buena persona, siempre lo fue,
solo que no me ama.
Después de vomitar todo lo que podía, cai al suelo, desmayada. Él y Yuria se iban a casar, y yo, siempre
fui un chiste.
“Nayri, no tengas miedo, no te va a pasar nada, Nayri…”
“Nayri…”
Recuerdo que en el lugar del accidente el seguía gritando mi nombre, pidiéndome que aguantara, que la ambulancia estaba en camino. En ese momento, pensé que él también sentía algo por mi, un malentendido que duro años,
“Nayra, ¿otra vez haciéndote la muerta?”, la puerta del baño se abrió de una patada y Renán me miro con desdén. “Mañana por la noche te vas al Callejón de las Palmas, ya lo tenemos todo arreglado, tómatelo en serio”.
“Renan, ¿de verdad no te importa si muero?”, le pregunté con voz ronca.
“Nayra, gente como tú tiene siete vidas, te iría bien alli tú y ese asesino hacen buena pareja. ¡Usa esa energía que tienes para acosarme y contribuye a la sociedad!”, exclamó él con desprecio.
¿Si yo muriera te pondrías triste?”, le pregunté con una voz ronca.
Renán frunció el ceño: “¿Te atreverías a llegar a ese extremo? A esa pregunta te responderé después de que te mueras”.