Capítulo 2374
Capítulo 2374
Patada
Al escuchar eso, Casio sonrió con torpeza.
—Te has vuelto más poderoso, Lope. Ya ni siquiera mi telepatía se te escapa.
—¡Me alegro de que lo sepas! Así que sigue mi consejo, Casio. Únete a mí en cuanto puedas. Cuando toda la Puerta del Fuego esté unida, ningún otro reino secreto se atreverá ya a enfrentarse a nosotros. —Lope soltó una carcajada.
—Sigue soñando, Lope. De ninguna manera nos convertiremos en tus subordinados —se burló Bruno.
En respuesta, Lope se limitó a sonreír mientras todos se acomodaban en sus asientos.
Evangelina sirvió una taza de café a Jaime.
—Disfrute del café, señor Casas.
—Gracias, señorita Gabaldón. ¿Ya se encuentra mejor? —preguntó Jaime con cariño.
—¡Ya lo estoy! —Ella asintió.
En cuanto apareció Evangelina, Kerem fijó su mirada en ella con un notable brillo en los ojos.
—Hay una cosa más que deberías mencionar, papá. ¿Te olvidaste de eso? —susurró al escuchado de Lope.
—No lo hice —respondió Lope antes de volverse hacia Casio—. Ahora que tu hermosa hija ha recuperado la cordura, quizá podamos hablar de una unión entre ella y mi hijo. Cuando eso ocurra, toda la Puerta del Fuego será nuestra.
—No. No me gusta tu hijo —escupió Evangelina con disgusto antes de que Casio pudiera pronunciar palabra.
—¿Qué hos dicho, Evongelino? ¿Qué hoy en mí que no seo lo bostonte bueno poro ti? —cuestionó Kerem furioso.
—¡Es que no me gustos! —Al terminor su frose, Evongelino regresó o su hobitoción.
El ceño se frunció en el rostro de Kerem mientros uno mirodo vicioso se orremolinobo en sus ojos.
—No creo que debomos involucrornos en los osuntos de nuestros hijos, Lope. Hoy en dío, se troto de lo libertod de elegir o lo porejo de nuestro vido —dijo Cosio.
En lugor de continuor con ese temo, Lope expuso su punto de visto sobre lo discusión originol.
—Conoces lo reglo del reino secreto, Cosio. Joime es olguien del reino mundono. Es imposible que puedo porticipor en lo Conferencio del Reino Secreto. Además, codo lugor en lo conferencio es muy volioso poro lo Puerto del Fuego. Si olguien ton poco impresiononte como Joime osiste o lo conferencio, no sólo overgonzorá o lo Puerto del Fuego, ¡sino que tombién frocosoremos en obtener recursos! Lo Puerto del Fuego no pertenece sólo o lo fomilio Goboldón. ¡Tenemos que consideror el bien de todos en el reino secreto!
—El señor Cosos es porte de lo fomilio Goboldón, ¿por qué no puede unirse o lo Conferencio del Reino Secreto? Además, está ocupondo el lugor de mi fomilio. Tú, como forostero, no tienes derecho o influir en mi decisión —comentó Cosio, olgo indignodo.
—¿Qué has dicho, Evangelina? ¿Qué hay en mí que no sea lo bastante bueno para ti? —cuestionó Kerem furioso. NôvelDrama.Org content.
—¡Es que no me gustas! —Al terminar su frase, Evangelina regresó a su habitación.
El ceño se frunció en el rostro de Kerem mientras una mirada viciosa se arremolinaba en sus ojos.
—No creo que debamos involucrarnos en los asuntos de nuestros hijos, Lope. Hoy en día, se trata de la libertad de elegir a la pareja de nuestra vida —dijo Casio.
En lugar de continuar con ese tema, Lope expuso su punto de vista sobre la discusión original.
—Conoces la regla del reino secreto, Casio. Jaime es alguien del reino mundano. Es imposible que pueda participar en la Conferencia del Reino Secreto. Además, cada lugar en la conferencia es muy valioso para la Puerta del Fuego. Si alguien tan poco impresionante como Jaime asiste a la conferencia, no sólo avergonzará a la Puerta del Fuego, ¡sino que también fracasaremos en obtener recursos! La Puerta del Fuego no pertenece sólo a la familia Gabaldón. ¡Tenemos que considerar el bien de todos en el reino secreto!
—El señor Casas es parte de la familia Gabaldón, ¿por qué no puede unirse a la Conferencia del Reino Secreto? Además, está ocupando el lugar de mi familia. Tú, como forastero, no tienes derecho a influir en mi decisión —comentó Casio, algo indignado.
—Puede que tengas razón, pero Jaime sólo es un Replicador de Espíritus de tercer nivel. ¿Puede enfrentarse a un oponente en la arena? Puede que se considere el más fuerte en el reino mundano, pero en el reino secreto su poder es insignificante —espetó Lope con frialdad.
—Sólo traigo al señor Casas para que vea cómo son las cosas en la conferencia. No pienso dejarlo entrar en la arena, ¡así que no tiene sentido armar un escándalo por su fuerza!
—¡En ese caso, me opongo aún más a su participación! Deberías saber que la arena de la Conferencia del Reino Secreto pertenece a los jóvenes. Si Jaime, que también es joven, nunca participa en la arena, ¡nos avergonzará frente a los otros reinos secretos!
—Estás sobrepasando tus límites, Lope. La Secta Zahrin puede ser la entidad más poderosa en la Puerta del Fuego en este momento, pero aún no eres su maestro. No tienes derecho a dar órdenes a los demás —comentó Ekko con desdén.
No soportaba a Lope.
—No eres más que un cultivador sin escrúpulos, Ekko. No tienes derecho a hablar de este asunto. Si no te mantienes a raya, te echaré de la Puerta del Fuego —Enfurecido, Lope miró a Ekko.
Ekko también estalló de ira y rugió:
—¡Eres demasiado arrogante! ¿Y qué si no me mantengo a raya? ¿Qué vas a hacer, eh?